[an error occurred while processing this directive] Nuremberg, crimenes contra la Humanidad, crimenes de guerra

Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 3 al 14 de diciembre de 1945

Decimosegundo Día: Martes, 4 de diciembre de 1945
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SIR HARTLEY SHAWCROSS: Con la venia. Antes del receso, había estado diciendo que el Gobierno nazi estaba dispuesto a la agresión, y que todo lo que había tenido lugar con respecto a Danzig, las negociaciones, las demandas que se hacían, no eran más que una tapadera, un pretexto y una excusa para un mayor dominio.

Ya en septiembre de 1938 se manejaban planes para una guerra de agresión contra Polonia, Inglaterra y Francia. Mientras Hitler, en Munich, le decía al mundo que el pueblo alemán quería paz y que, tras resolver el problema checoslovaco, Alemania ya no tenía más problemas territoriales en Europa, los mandos de sus Fuerzas Armadas ya estaban preparando sus planes. El 26 de septiembre de 1938 había dicho:

"Hemos dado garantías a los Estados del Oeste. Le hemos asegurado a todos nuestros vecinos inmediatos la integridad de su territorio por lo que respecta a Alemania. No es una simple frase. Es nuestra voluntad sagrada. No tenemos ningún interés en romper la paz. No queremos nada de estos pueblos".
Y el mundo tendía a confiar en estas garantías. La cooperación internacional es prácticamente imposible si no se puede asumir buena voluntad en los líderes de los diversos Estados y honradez en las declaraciones públicas que hacen. Pero el hecho es que dos meses después de ese compromiso solemne y considerado, Hitler y sus colaboradores se preparaban para hacerse con Danzig. Para reconocer esas garantías, esos ruegos, esos movimientos diplomáticos como los fraudes vacíos que eran, se ha de retroceder para preguntarse qué estuvo ocurriendo en los consejos internos del Reich desde el Pacto de Munich.

En algún momento en septiembre de 1938 se escribió este extracto de un archivo sobre la Reconstrucción de la Armada Alemana. Bajo el título "Opinión sobre el Estudio Inicial de Guerra Naval contra Inglaterra", se dice lo siguiente:

"1. Si, según decisión del Führer, Alemania debe hacerse con una posición como potencia mundial, necesita no sólo suficientes posesiones coloniales, sino también comunicaciones navales seguras y un acceso seguro al océano.

2. Ambos requisitos sólo pueden lograrse en oposición a los intereses anglo-franceses y limitarán su situación como potencias mundiales. Es improbable que puedan lograrse por medios pacíficos. La decisión de convertir a Alemania en una potencia mundial, por tanto, nos fuerza a hacer los correspondientes preparativos para la guerra.

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3. La guerra contra Inglaterra significa a la vez guerra contra el Imperio, contra Francia, probablemente también contra Rusia, y un gran número de países al otro lado del mar, de hecho, contra entre la mitad y un tercio del mundo.

Sólo se puede justificar y tener una oportunidad de éxito".

-y no era justificación moral lo que se buscaba con este documento-
"Sólo se puede justificar y tener una oportunidad de éxito si se hacen preparativos económicamente, así como política y militarmente, defendiendo la acción con el objetivo de conquistar para Alemania una salida al océano".
EL PRESIDENTE: Creo que al Tribunal le gustaría saber en qué momento se propone presentar como pruebas los documentos que está usted citando.

SIR HARTLEY SHAWCROSS: Bien, Señoría, mis colegas, mis colegas americanos y británicos, proponían continuar mi discurso con la presentación de esos documentos. La primera serie de documentos, que será presentada por mi destacado colega Sir David Maxwell Fyfe, serán los Tratados.

EL PRESIDENTE: Supongo que lo que usted cite tendrá que ser leído de nuevo.

SIR HARTLEY SHAWCROSS: Bien, estoy limitando mis citas lo máximo posible. Comprendo que técnicamente ustedes puedan desear que se citen de nuevo, para que entre en el sumario cuando el documento se presente realmente como prueba. Pero creo que se verá, cuando se presenten los documentos, que habrá mucho más en la mayoría de ellos de lo que estoy citando ahora.

EL PRESIDENTE: Sí. Muy bien.

SIR HARTLEY SHAWCROSS: Este documento sobre guerra naval contra Inglaterra es algo que es a la vez importante y nuevo. Hasta esta fecha los documentos que poseemos revelaban preparativos para una guerra contra Polonia, Inglaterra y Francia, planteándose como mucho como medidas defensivas para repeler ataques que pudieran producirse al intervenir esos Estados en las agresiones alemanas preparatorias en Europa Central. Hasta entonces se había contemplado la guerra de agresión contra Polonia, Inglaterra y Francia tan sólo como un objetivo lejano. Pero en este documento por primera vez nos encontramos con una guerra de conquista de Alemania contra Francia e Inglaterra reconocida abiertamente como el objetivo futuro, al menos de la Armada alemana.

El 24 de noviembre de 1938 Keitel añadió un apéndice a una orden anterior del Führer. En ese apéndice se expusieron las tareas futuras de las Fuerzas Armadas y los preparativos para la ejecución de la guerra que surgirían de esas tareas:

"El Führer ha ordenado" -cito- "que además de las tres eventualidades mencionadas en la directiva anterior, se han de hacer también preparativos para la ocupación por sorpresa por tropas alemanas del Estado Libre de Danzig.

Para la preparación se han de tener en cuenta los siguientes principios: La primera suposición es la captura inmediata de Danzig aprovechando una situación política favorable, y no una guerra con Polonia. Las tropas que se usen para este objetivo no deben reservarse al mismo tiempo para hacerse con la región de Memel para que ambas operaciones puedan llevarse a cabo simultáneamente si surge la necesidad".

A partir de entonces, como demuestran las pruebas ya presentadas al Tribunal, se realizaron los preparativos finales para la invasión de Polonia. El 3 de abril de 1939, tres días antes de la publicación del comunicado anglo-polaco, el

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acusado Keitel envió una directiva al Alto Mando de las Fuerzas Armadas en la que se decía que la directiva para la preparación uniforme para la guerra por las Fuerzas Armadas en 1939-1940 estaba siendo modificada y que la parte referida a Danzig se publicaría en abril. Los principios básicos iban a ser los mismos de la directiva anterior. Acompañaban a este documentos las órdenes "Fall Weiss", el nombre en clave para la propuesta invasión de Polonia. Se decía que se iban a hacer preparativos para que la operación pudiera llevarse a cabo en cualquier momento a partir del 1 de septiembre de 1939.

El 11 de abril Hitler presentó su directiva para la preparación uniforme para la guerra por las Fuerzas Armadas, 1939-1940, y en ella decía:

"Expondré en una directiva posterior las tareas futuras de las Fuerzas Armadas y los preparativos a hacer de acuerdo con éstas para la ejecución de la guerra. Hasta que se presente esa directiva, las Fuerzas Armadas han de estar preparadas para las siguientes eventualidades:
1. Proteger las fronteras.

2. 'Fall Weiss'.

3. Anexión de Danzig".

Y en un anexo a ese documento, con el título "Hipótesis y Objetivos Políticos", se decía que se debían evitar los conflictos con Polonia. Pero si Polonia cambiaba su política y adoptaba una actitud amenazante hacia Alemania, sería necesario un acuerdo final, sin importar el Pacto Polaco. La Ciudad Libre de Danzig sería incorporada al Reich al comienzo del conflicto a más tardar. La política planteada buscaba limitar la guerra con Polonia, y esto se consideraba posible en aquel momento, con la crisis interna en Francia y las reticencias británicas resultantes.

La redacción de ese documento -y el Tribunal estudiará esa redacción- no expresa directamente la intención de la agresión inmediata. Es un plan de ataque "si Polonia cambia su política y adopta una actitud amenazante". Pero la imagen de Polonia, con su armamento totalmente inadecuado, amenazando a Alemania, armada hasta los dientes, es suficientemente ridícula, y el objetivo real del documento surge en esta frase, y cito: "El objetivo es, por tanto, destruir la fuerza militar polaca y crear en el Este una situación que satisfaga las necesidades de defensa"; una frase lo suficientemente vaga como para abarcar planes de cualquier magnitud. Pero incluso en aquella etapa las pruebas no bastan para demostrar que la decisión real de atacar Polonia en una fecha determinada se hubiera tomado ya. Todos los preparativos estaban en marcha. Se estaban ejecutando las acciones para tener todo listo en caso de que se tomara una decisión.

En las tres semanas siguientes a la publicación de ese último documento, Hitler habló ante el Reichstag, el 28 de abril de 1939. En ese discurso repitió las demandas que ya había hecho a Polonia, y procedió a atacar el Acuerdo Germano-Polaco de 1934. Dejando a un lado, por el momento, los preparativos bélicos para la agresión, que Hitler había puesto en marcha en un segundo plano, le pediré al Tribunal que analice el carácter de esta renuncia a un acuerdo al que en el pasado Hitler había parecido dar tanta importancia.

En primer lugar, por supuesto, la renuncia de Hitler de por sí era inútil. El texto del acuerdo no preveía que ninguna de las partes renunciara a él hasta pasado un periodo de diez años. Ninguna renuncia podía ser legalmente efectiva hasta junio o julio de 1943, y Hitler hablaba en abril de 1939, con más de cuatro años de antelación.

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En segundo lugar, el ataque de Hitler a Polonia tuvo lugar el 1 de septiembre, antes de la expiración del periodo de seis meses tras la renuncia requerido por el acuerdo antes que se pudiera hacer efectiva cualquier renuncia. Y en tercer lugar, el argumento planteado para justificar la renuncia presentado por Hitler en su discurso ante el Reichstag era totalmente engañoso. Se lean como se lean sus términos, es imposible argumentar que la garantía anglo-polaca de asistencia mutua contra la agresión podía anular y vaciar de contenido el Pacto Germano-Polaco, como Hitler trató de sugerir. Si ese hubiera sido el efecto de las garantías anglo-polacas, entonces por otro lado los pactos a los que Hitler entonces había llegado con Italia y Japón habían invalidado el tratado con Polonia. Hitler se podía haber ahorrado el discurso. La verdad es, por supuesto, que el texto del comunicado anglo-polaco, el texto de las garantías, no contiene nada que pueda sostener la afirmación de que se había invalidado el Pacto Germano-Polaco.

Cabe preguntarse: ¿por qué hizo entonces Hitler este intento por tres razones no válido de renunciar al producto favorito de su propia diplomacia? La única respuesta posible es ésta: que tras haber servido el Acuerdo a su fin, los argumentos que escogió para renunciar a él fueron escogidos meramente con la intención de darle a Alemania algún tipo de justificación, al menos ante el pueblo alemán, de la agresión que los líderes alemanes pretendían cometer.

Y es que Hitler necesitaba urgentemente algún tipo de justificación, alguna excusa aparentemente decente, dado que nada había ocurrido, y no parecía probable que fuera a ocurrir nada en el lado polaco que le fuera a proporcionar ningún tipo de pretexto para invadir Polonia. Hasta ahora había hecho demandas a su socio de tratado que Polonia, como Estado soberano, tenía todo el derecho a rechazar. Si no estaba satisfecho con ese rechazo, Hitler estaba obligado, según los términos del acuerdo, "a buscar una solución" -leeré el texto del pacto- "a buscar una solución a través de otros medios pacíficos, sin perjuicio de la posibilidad de aplicar esos métodos de procedimiento, en caso de necesidad, que se aplican para un caso así en el resto de acuerdos en vigor entre ellos". Y esto era, es de suponer, una referencia al Tratado de Arbitraje Germano-Polaco, firmado en Lucerna en 1925.

El mismo hecho, por tanto, de que tan pronto como los líderes nazis no pudieran conseguir lo que querían, y no tenían derecho a conseguir, de Polonia simplemente pidiéndolo, y de que, por su parte, no hicieran ningún intento adicional de resolver la disputa "por medios pacíficos" de acuerdo con los términos del Acuerdo y los del Pacto Kellogg, firmado por ambas partes, creó una fuerte sensación de que había intenciones agresivas por parte de Hitler y sus colaboradores. Esas suposiciones se convierten en certeza cuando se estudian los documentos que voy a presentar ante el Tribunal.

El 10 de mayo Hitler dio una orden para la captura de elementos de la economía de Polonia. El 16 de mayo el acusado Raeder, como Comandante en Jefe de la Armada, presentó un memorándum en el que exponía las instrucciones del Führer para prepararse para la operación "Fall Weiss" en cualquier momento a partir del 1 de septiembre de 1939.

Pero el documento decisivo es el acta de la reunión de Hitler del 23 de mayo de 1939 con oficiales de alto rango, incluidos los acusados Goering, Raeder y Keitel. Los detalles del documento completo tendrán que ser leidos ante el Tribunal más adelante, y me limito a resumir el efecto sustancial de esta parte ahora. Hitler dijo que la solución

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de los problemas económicos a los que Alemania se enfrentaba no podían resolverse sin la invasión de otros Estados y ataques a propiedades extranjeras. "Danzig", y cito:
"Danzig no es en absoluto el objeto de la disputa. La cuestión es expandir nuestro espacio vital en el Este. Por tanto, sin duda, hay que eliminar Polonia, y hemos de tomar esta decisión: atacar Polonia a la primera oportunidad. No podemos esperar una repetición del asunto checo. Habrá guerra. Nuestra tarea es aislar Polonia. El éxito de este aislamiento será decisivo. El aislamiento de Polonia es una cuestión de habilidad política".
Esto explicó a sus colaboradores. Anticipó la posibilidad de que hubiera guerra con Inglaterra y Francia, pero se debía evitar una guerra en dos frentes si era posible. E Inglaterra era reconocida -y lo digo con orgullo- como el enemigo más peligroso que tenía Alemania. "Inglaterra", dijo, y cito, "Inglaterra es el motor de la fuerza contra Alemania... el objetivo será siempre poner de rodillas a Inglaterra". Repitió más de una vez que la guerra con Inglaterra y Francia sería una lucha a vida o muerte. "Pero sea como sea", concluyó, "Alemania no sería forzada a entrar en guerra, sino que no podría evitarla".

El 14 de junio de 1939 el General Blaskowitz, entonces Comandante en Jefe del Tercer Grupo del Ejército, presentó un plan de batalla detallado para "Fall Weiss". Al día siguiente, von Brauchitsch presentó un memorándum en el que se decía que el objetivo de la próxima operación era destruir las Fuerzas Armadas polacas. "La política de alto nivel obliga", dijo, "La política de alto nivel obliga a que la guerra comience con duros ataques por sorpresa para lograr resultados rápidos". Los preparativos siguieron a buena marcha. El 22 de junio Keitel presentó una planificación temporal preliminar de la operación, que parece que Hitler aprobó, y sugirio que la maniobra programada debía camuflarse- debía camuflarse "para no inquietar a la población". El 3 de julio Brauchitsch escribió a Raeder urgiéndole a que se abandonaran ciertos movimientos navales preliminares para no perjudicar la sorpresa del ataque. El 12 y el 13 de agosto Hitler y Ribbentrop se reunieron con Ciano, el Ministro de Exteriores italiano.

Fue una reunión que se presentará al Tribunal desde diversos puntos de vista. Resumo ahora la parte de la reunión referida a Polonia. Al comienzo de la conversación Hitler destacó la fuerza de la situación alemana, de las fortificaciones alemanas occidentales y orientales, y de las ventajas, estratégicas y de otros tipos, de las que disfrutaban en comparación con Inglaterra, Francia y Polonia. Cito ahora del documento capturado. Hitler dijo esto:

"Dado que los polacos con su actitud habían dejado claro que, en cualquier caso, si había un conflicto, se mantendrían en el lado de los enemigos de Alemania e Italia, una liquidación rápida en ese momento sólo podía ser una ventaja para el inevitable conflicto con las democracias occidentales. Si iba a haber una Polonia hostil en la frontera oriental de Alemania, no sólo iban a quedar ocupadas las once divisiones de Prusia Oriental, sino que además harían falta contingentes adicionales en Pomerania y Silesia. Esto no sería necesario con una liquidación previa".
Ciano defendía posponer la operación. Italia no estaba preparada. Creía que un conflicto con Polonia daría lugar a una guerra general europea.

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Mussolini estaba convencido de que el conflicto con las democracias occidentales era inevitable, pero estaba haciendo planes para dos o tres años después. Pero el Führer dijo que la cuestión de Danzig debía quedar resuelta, de una forma u otra, a finales de agosto. Cito: "Había por tanto decidido aprovechar la ocasión de la siguiente provocación polaca presentando un ultimátum".

El 22 de agosto Hitler reunió a sus Comandantes Supremos en Obersalzburg, y dio la orden de ataque: con lo que dijo, dejó claro que la decisión de atacar se había tomado realmente no más tarde de la primavera anterior. Daría una razón falsa para el comienzo de la guerra. En aquel momento se había programado el ataque para que tuviera lugar en las primeras horas del 26 de agosto. El día antes, el 25 de agosto, el Gobierno británico, con la esperanza de que Hitler podría todavía no estar dispuesto a lanzar al mundo a la guerra, y creyendo que un tratado formal le impresionaría más que las garantías informales dadas previamente, llegó a un acuerdo, un acuerdo expreso y por escrito, de asistencia mutua con Polonia, incluyendo las garantías previas dadas aquel año. Hitler sabía que Francia estaba comprometida por el Tratado Franco-Polaco de 1921, y por el Pacto de Garantía firmado en Lucerna en 1925, a intervenir en favor de Polonia en caso de agresión, y por un momento Hitler dudó. Los acusados Goering y Ribbentrop, en los interrogatorios que verán más adelante, han reconocido que fue el Tratado Anglo-Polaco lo que les llevó a anular, o más bien posponer, el ataque previsto para el 26. Quizás Hitler esperaba que al final hubiera alguna posibilidad de repetir lo que llamaba el asunto checo. Si era así, sus esperanzas duraron poco. El 27 de agosto Hitler aceptó la decisión de Mussolini de no entrar en guerra por el momento, pero pidió apoyo propagandístico y que Italia desplegara cierta actividad militar para crear incertidumbre en las mentes de los Aliados. Ribbentrop dijo aquel mismo día que los ejércitos estaban en marcha.


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