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Juicio a los Principales Criminales de Guerra Alemanes

En Nuremberg, Alemania
Del 20 de noviembre al 1 de diciembre de 1945

Décimo Día: sábado, 1 de diciembre de 1945
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P: Y usted dijo que el acusado Keitel transmitió estos objetivos políticos a los presentes; y de la misma forma con respecto a la orden sobre Varsovia, es decir, el bombardeo de Varsovia.

R: Según recuerdo, esto es así en lo que respecta al bombardeo aéreo de Varsovia; y de acuerdo con mis notas. También puedo decir sobre esto que en el asunto de los fusilamientos en Polonia, Canaris tomó la iniciativa aquí provocando discusiones en las que señaló las terribles repercusiones políticas internacionales que dicho comportamiento podría provocar. Los detalles no permanecen claros en mi mente.

P: Querría ahora preguntarle si, cuando se dio a conocer la orden de bombardear Varsovia, Keitel no señaló específicamente que se había planeado que esa acción tuviera lugar sólo si Varsovia no se rendía, después de que se hubiera tratado de negociar; y que por encima de todo, se debía dar a Varsovia una oportunidad de capitular sin ser bombardeada.

R: No puedo recordar las palabras exactas que empleó, pero juzgando a partir de mi conocimiento de la situación general, es bastante posible, o probable, que el Jefe del O.K.W., Keitel, hiciera esta observación.

P: ¿Sabe que antes de que comenzara la Guerra Polaca el Comandante en Jefe del Ejército por aquel entonces, von Brauchitsch, y el Jefe del O.K.W., Keitel, objetaron expresamente el uso de comandos y la Gestapo, y rechazaron su uso; y que al hacer esto contaban con el beneplácito de Hitler?

R: No, no sé eso, y no podría haber llegado a enterarme debido a mi puesto subordinado en aquel tiempo. Por favor, no sobreestime la importancia de mi cargo en aquel tiempo.

P: También hay aquí una cuestión de conocimiento de un documento que fue transmitido a todos los departamentos y secciones del O.K.W., como usted probablemente recuerde de ayer. Eran las llamadas directivas; y en estas directivas, parece, en contra de lo que ocurrió después...

EL PRESIDENTE: Creo que está yendo un poco rápido.

P: (continuando) Dije que en relación a esas acciones militares, se hicieron copias mimeográficas de las órdenes y directivas y generalmente eran dadas a conocer, sin duda.

R: Sí, pero esas órdenes no concernían a mi departamento específico, destaco la palabra "específico", y ni siquiera las vi.

P: Dado que después acudió a una discusión de estas cuestiones, y dado que usted destaca que las órdenes no fueron literalmente conocidas por usted...

R: Por supuesto, conocí buena parte de esto porque lo oí.

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P: Por esa razón quiero preguntarle si recuerda que se usó a la Gestapo y la SD, en contra de las intenciones y deseos concretos del O.K.W. en la cuestión de la Guerra Polaca.

R: No lo recuerdo. Sólo puedo referirme a lo que recuerdo y a lo que está registrado en los archivos, donde se hace una mención a una observación de Hitler que fue transmitida por Keitel en aquel tiempo diciendo que si las Fuerzas Armadas se oponían a estas medidas, tanto éstas como el O.K.W. tendrían que asumir que se usaría a la Gestapo y la SD de todas formas. Probablemente usted se refiera a esto. Sé esto porque estuve presente en estas discusiones.

P: Durante esta conversación, ¿no se le dijo que el General Blaskowitz había presentado una protesta por el comportamiento de las SS?

R: No recuerdo si se habló de esta cuestión en esta conferencia. Difícilmente podría asumir que se habló de ello, dado que si hubiera sido así, la cuestión habría quedado registrada en las actas de esa conferencia, en particular en el caso del General Blaskowitz, cuya actitud en esas cuestiones era muy clara. Pero aparte de esta conversación en el tren del Führer, recuerdo algo sobre este asunto, la protesta de Blaskowitz , y es que fue comentada. No puedo hablar de la forma de aquella protesta entonces, si fue por escrito o verbal, pero recuerdo el tema general, aunque no puedo recordar si ocurrió en una de las conferencias a las que asistí.

P: Lo que considero importante en este asunto es el hecho de que realmente las Fuerzas Armadas, las tropas, protestaron, o al menos tenían una actitud negativa hacia el comportamiento de las SS.

R: El que las Fuerzas Armadas protestaron es, por supuesto, bastante evidente.

P: Eso es lo que quería saber.

R: Un momento, por favor. Cuando digo "las Fuerzas Armadas", me refiero a la masa de los soldados rasos, los seres humanos corrientes. Por supuesto había en estas Fuerzas Armadas otros hombres a los que querría excluir de ese grupo. No quiero que se me malinterprete. El término "Fuerzas Armadas" no incluye a todo el mundo, sino que incluye a la gran mayoría de los soldados corrientes y seres humanos conscientes.

P: Usted utiliza el término "Wehrmacht" para distinguir a los soldados rasos del Estado Mayor.

R: En cuanto a los métodos y condiciones entonces existentes, que fueron conocidos por primera vez en esta forma por la gran masa de la Wehrmacht, creo que los he expresado con bastante precisión en la pequeña sección que he descrito.

P: ¿Quién dio la orden con respecto a la colaboración con el grupo ucraniano? Usted habló ayer de ese grupo.

R: Tengo que ir más allá y decir primero que este grupo estaba formado por ciudadanos de diversos países: húngaros, checos y polacos que, debido a sus actividades opositoras, habían emigrado o ido a Alemania. No puedo decir quién ordenó esta colaboración porque estos asuntos se conocieron bastante después y porque entonces no era ni siquiera un miembro de la Sección del Abwehr y no estaba en contacto con el departamento, al que no llegué hasta 1939. Sin embargo, recuerdo el periodo posterior a 1938 bastante claramente. Querría añadir en relación a esto, porque se ha mencionado ayer, que estos ucranianos, como colectivo, no tenían vínculos de ninguna clase con Alemania. Para ser más concretos, una gran mayoría de estas personas con las que trató la División del Abwehr estaban en campos de concentración alemanes, y algunos de ellos luchaban por su país en grupos de partisanos soviéticos. Esos son los hechos.

P: ¿No le dijo el Almirante Canaris que el Jefe del O.K.W. -cuando se le pidieron uniformes y equipo polacos, peticiones hechas por las SS-, que Keitel ordenó específicamente que la División del Abwher debía más o menos olvidarse del asunto?

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R: También mencioné esta cuestión ayer diciendo que se trató todo de una forma misteriosa. Hasta que realmente ocurrieron los hechos, ni yo ni los demás supimos a qué se estaba jugando. Esto se puede ver claramente en el diario de guerra de la sección, que describe cómo un día se pidieron tantos uniformes para una operación llamada "Himmler" por orden de Canaris. Mi sorpresa y mi pregunta, cómo es que Himmler pedía uniformes polacos nuevos, están registradas en el diario por el oficial que se encargaba de escribirlo, y la pregunta fue respondida diciendo que estos uniformes simplemente serían recogidos tal día por alguien sin más explicaciones y que eso era el fin del asunto en lo que a mi concernía.

Por supuesto, este asunto no sólo se volvió inmediatamente algo misterioso, sino también muy sospechoso, por esta relación con el nombre "Himmler". Todos nosotros, desde el nivel más alto hasta el suboficial que tenía que entregarle el equipo al Hauptsturmfuehrer de las SS cuyo nombre está registrado en el Diario de Guerra, nos sentimos así. Todos tenían alguna opinión sobre este asunto: que no se podía prohibir. 

P: También hizo ayer afirmaciones sobre el trato dado a prisioneros de guerra. ¿Qué aspecto de esta cuestión afectaba a la Sección II del Abwehr?

R: Las funciones del Abwher II hacían que fuera del mayor interés posible conseguir que esos prisioneros de guerra fueran tratados decentemente; lo mismo es aplicable a cualquier Servicio de Inteligencia del mundo.

P: Entiendo entonces que quiere decir que la División II del Abwher como tal no se ocupaba explícitamente de problemas asociados a prisioneros de guerra.

R: En absoluto con prisioneros de guerra.

P: Usted habló de este problema del trato a prisioneros de guerra en relación a la charla que tuvo lugar a finales de julio de 1941.

R: Sí, y durante esta conversación no representé simplemente a mi sección, sino a todo el departamento, la "Ausland-Abwehr", es decir, la sección que tenía que ocuparse principalmente de cuestiones generales de Ley Internacional, política militar, y cuestiones generales en territorio extranjero comunes a todos los grupos del Abwehr. La Sección III del Abwehr, más que mi propia sección, estaba, por supuesto, interesada en estos asuntos porque algunos de sus oficiales servían en campos de prisioneros de guerra, y desde el punto de la vista de la contrainteligencia era importante saber de estas cosas. Para mi era de importancia el problema entero más que los detalles parciales, es decir, que por muchas razones se debía tratar decentemente a las personas en los campos en lugar de maltratarlos o asesinarlos.

P: Usted dijo ayer que los campos de prisioneros de guerra en el Frente Oriental estaban bajo jurisdicción del O.K.W.

R: Sí, lo que dije sobre los campos de prisioneros de guerra, como dije concretamente ayer, lo supe a través de mi conversación con Reinecke y no a través de un conocimiento directo de las propias órdenes, que no vi ni leí. Esta conversación con Reinecke, que, como Jefe de la División de Prisioneros de Guerra y en nombre del O.K.W. expuso el asunto, me aclaró el problema de los prisioneros de guerra.

P: Mi pregunta se refería a los límites de la jurisdicción. ¿No sabía quién de la Sección de Operación del Ejército era responsable de los prisioneros de guerra, ni que el O.K.W. se hacía cargo de esta responsabilidad en el momento en el que los prisioneros de guerra llegaban a Alemania?

R: Sí, según recuerdo, el Estado Mayor del Ejército lo había preparado todo para traer aquí a estas personas; y una orden procedente de Hitler autorizó al O.K.W. a anular esto, y el Estado Mayor hizo entonces responsable al O.K.W. de todas las consecuencias. No sé lo que ocurrió después y no tengo derecho a juzgarlo; sólo puedo repetir lo que vi y oí.

P: Pensaba que usted ayer había expuesto la conjetura de que por orden de Hitler se detuvo el movimiento de prisioneros de guerra.

R: No expresé ninguna conjetura; simplemente repetí lo que había oído en aquel tiempo y lo que sabía. Por supuesto, podría equivocarme.

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P: ¿A quién le había oído esto?

R: Supe de ello a través de las personas con las que tenía un contacto diario, como Canaris, los jefes de sección, y otros que estaban en las conversaciones e informes de situación diarios y en ese tipo de sitios en los que se discutían estos asuntos. Bajo esas circunstancias supe de estas cosas, que eran discutidas con frecuencia, y como he destacado repetidas veces en el pasado desde mi primer interrogatorio, le dije a Reinecke a la cara lo que él decía en aquel tiempo sobre estos asuntos.

P: Eso no tiene que ver con mis preguntas.

R: Entiendo bien su pregunta, pero quiero definirla lo más claramente posible para dejarle claro lo que dije ayer para describir los límites organizacionales específicos.

P: ¿Pero sabe que por principio el O.K.W. se hacía cargo de los prisioneros de guerra sólo en Alemania?

R: Eso es evidente.

P: ¿Pudo ocurrir que la oficina de Abwehr que tenía que hacerse cargo de actividades de comando adoptara una actitud como la que usted definió ayer, teniendo en cuenta que ustedes tenían que tratar estas cosas desde el lado alemán, pero sin que oficialmente fueran asunto suyo?

R: No, no directamente. La Oficina del Ausland tenía algo que ver con estas cosas porque en cierta forma cualquier orden que se se considerara afectaba a la Inteligencia, incluso antes de que se le diera forma, y ciertamente tan pronto como se daba. La Orden en cuestión implicaba, por supuesto, una cuestión esencial de Ley Internacional, y la Sección del Ausland de la División del Abwehr, o el "Sachbearbeiter", como era denominado, estaba naturalmente interesado en ello. Mi división, ciertamente, se veía afectada directamente por estas cosas por las razones explicadas antes con respecto a las posibles consecuencias que sufrieran personas de las que yo era responsable.

P: En cuanto a la división de Ley Internacional del Ausland-Abwehr, ¿adoptó una postura oficial hacia esto?

R: Escribí, como señalé ayer, un texto sobre este tema desde el punto de vista de mi sección que se pasó a Canaris e iba a ser parte del documento largo. Sólo me enteré a través de lo que dijo Burckner en aquel tiempo del uso que se le dio. Independientemente de que él, es decir, su departamento presentara estas objeciones y contra-objeciones, se dio a conocer el peligro que suponían estas medidas. Esto se hizo en una segunda ocasión y de nuevo no puedo decir si por escrito u oralmente, después de que ya hubieran tenido lugar ejecuciones y yo hubiera protestado de nuevo. Este fue el desarrollo lógico de los hechos.

EL PRESIDENTE: Ayudaría al intérprte que, al dar una respuesta muy larga como esa, haga una pausa entre las diversas partes de la respuesta. 

EL TESTIGO: ¿Debo repetirla?

EL PRESIDENTE: No, no; continúe.

DOCTOR NELTE:

P: También habló usted ayer de una especie de marcado usado con los prisioneros rusos. ¿No es usted consciente de que un plan sobre esta cuestión, presentado por el entonces Jefe del O.K.W., que había llegado al Cuartel General del Führer, fue cancelado por una orden transmitida por teléfono, y que debido a un terrible malentendido se emitió esta orden, pero haciendo muy pocas copias?

R: No, no sé eso, porque en general oí tan sólo de hechos que tuvieran lugar dentro de la Sección de Canaris en la División del Abwher. Tampoco supe de estos hechos porque los hubiera promovido o dirigido yo. Sólo me enteraba de lo que ocurría en los niveles superiores si se me ordenaba colaborar con ellos.

P: ¿Usted no vio la orden?

R: ¿A qué orden se refiere?

[Página 315]

P: La del marcado de prisioneros rusos.

R: No. Al igual que el asunto de las órdenes sobre los comandos, sólo asistí a la muy viva discusión de esta cuestión con respecto al marcado de prisioneros rusos. Recuerdo que Canaris mencionó que un doctor había presentado un informe médico sobre cómo se podía hacer esto de la forma más eficiente.

P: Usted afirmó ayer que el Almirante Canaris había dicho que el acusado Keitel había dado la orden de acabar con el General Weygand. El acusado Keitel niega eso. Quiere que le pregunte si tiene en su poder algún documento o prueba escrita que sirva como evidencia de la fuente de esa observación sobre el General Weygand.

R: Esta orden no se transmitió por escrito, sino que se me dio directamente. Se me dio a mi porque iba a llevarla a cabo yo a través de mi departamento. Para un cierto círculo alrededor de Canaris, cierto público limitado, era conocida, y fui iniciado en este asunto por un discurso que dio Canaris ante el O.K.W. de Keitel después del cual Keitel me habló de la cuestión. He anotado esto en mi diario. No había sido un hecho de los de todos los días. Tuvo lugar el 23 de diciembre de 1940.

P: ¿No recuerda las palabras exactas de la pregunta que le hizo el acusado Keitel?

R: Por supuesto no recuerdo las palabras exactas; el incidente ocurrió hace mucho tiempo. Recuerdo el significado muy bien. El significado era: "¿Qué se ha hecho en esta cuestión? ¿Cómo están las cosas?".

P: Usted dijo ayer que respondió con evasivas.

R: No recuerdo las palabras exactas de mi respuesta, pero ciertamente no dije lo que le había dicho a Canaris: "No consideraré la ejecución de una orden asesina como esta; mi sección y mis oficiales no son una organización de asesinos". Probablemente le dije a Keitel algo sobre lo difícil que era el asunto; di alguna respuesta evasiva que se me ocurrió.

P: Si el Jefe del O.K.W. hubiera ordenado una acción por iniciativa propia o cumpliendo órdenes superiores, habría sido, debido al alto rango del General Weygand, un acto de Estado. No nos dijo si después del 23 de diciembre de 1940 surgió algo sobre este asunto, es decir, si el Jefe del O.K.W. volvió a exponer la cuestión.

R: No, no dije eso ayer, pero mencioné frecuentemente durante el interrogatorio que después de esto nada más ocurrió por parte del Jefe del O.K.W. La actitud de Canaris dejó claro que nada más se había vuelto a saber de ello, ya que cumpliendo la jerarquía de órdenes, habría tenido que transmitirme las órdenes. Por otro lado, la información que recibí sobre el asunto de Giraud fue fidedigna.


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