Décimo Día: sábado, 1 de diciembre de 1945
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P: Y usted dijo que el acusado Keitel transmitió estos objetivos políticos a los presentes; y de la misma forma con respecto a la orden sobre Varsovia, es decir, el bombardeo de Varsovia.
R: Según recuerdo,
esto es así en lo que respecta al bombardeo aéreo de Varsovia;
y de acuerdo con mis notas. También puedo decir sobre esto que en
el asunto de los fusilamientos en Polonia, Canaris tomó la iniciativa
aquí provocando discusiones en las que señaló las terribles
repercusiones políticas internacionales que dicho comportamiento podría
provocar. Los detalles no permanecen claros en mi mente.
P: Querría ahora preguntarle
si, cuando se dio a conocer la orden de bombardear Varsovia, Keitel no señaló
específicamente que se había planeado que esa acción
tuviera lugar sólo si Varsovia no se rendía, después
de que se hubiera tratado de negociar; y que por encima de todo, se debía
dar a Varsovia una oportunidad de capitular sin ser bombardeada.
R: No puedo recordar las
palabras exactas que empleó, pero juzgando a partir de mi conocimiento
de la situación general, es bastante posible, o probable, que el Jefe
del O.K.W., Keitel, hiciera esta observación.
P: ¿Sabe que antes de que comenzara la Guerra Polaca el Comandante en Jefe del Ejército por aquel entonces, von Brauchitsch, y el Jefe del O.K.W., Keitel, objetaron expresamente el uso de comandos y la Gestapo, y rechazaron su uso; y que al hacer esto contaban con el beneplácito de Hitler?
R: No, no sé eso,
y no podría haber llegado a enterarme debido a mi puesto subordinado
en aquel tiempo. Por favor, no sobreestime la importancia de mi cargo en
aquel tiempo.
P: También hay aquí
una cuestión de conocimiento de un documento que fue transmitido a
todos los departamentos y secciones del O.K.W., como usted probablemente
recuerde de ayer. Eran las llamadas directivas; y en estas directivas, parece,
en contra de lo que ocurrió después...
EL PRESIDENTE: Creo que está yendo un poco rápido.
P: (continuando) Dije que en relación a esas acciones militares, se hicieron copias mimeográficas de las órdenes y directivas y generalmente eran dadas a conocer, sin duda.
R: Sí, pero esas órdenes
no concernían a mi departamento específico, destaco la palabra
"específico", y ni siquiera las vi.
P: Dado que después
acudió a una discusión de estas cuestiones, y dado que usted
destaca que las órdenes no fueron literalmente conocidas por usted...
R: Por supuesto, conocí buena parte de esto porque lo oí.
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P: Por esa razón quiero preguntarle si recuerda que se usó a la Gestapo y la SD, en contra de las intenciones y deseos concretos del O.K.W. en la cuestión de la Guerra Polaca.
R: No lo recuerdo. Sólo
puedo referirme a lo que recuerdo y a lo que está registrado en los
archivos, donde se hace una mención a una observación de Hitler
que fue transmitida por Keitel en aquel tiempo diciendo que si las Fuerzas
Armadas se oponían a estas medidas, tanto éstas como el O.K.W.
tendrían que asumir que se usaría a la Gestapo y la SD de todas
formas. Probablemente usted se refiera a esto. Sé esto porque estuve
presente en estas discusiones.
P: Durante esta conversación,
¿no se le dijo que el General Blaskowitz había presentado una
protesta por el comportamiento de las SS?
R: No recuerdo si se habló
de esta cuestión en esta conferencia. Difícilmente podría
asumir que se habló de ello, dado que si hubiera sido así,
la cuestión habría quedado registrada en las actas de esa conferencia,
en particular en el caso del General Blaskowitz, cuya actitud en esas cuestiones
era muy clara. Pero aparte de esta conversación en el tren del Führer,
recuerdo algo sobre este asunto, la protesta de Blaskowitz
, y es que fue comentada. No puedo hablar de la forma de aquella protesta
entonces, si fue por escrito o verbal, pero recuerdo el tema general, aunque
no puedo recordar si ocurrió en una de las conferencias a las que
asistí.
P: Lo que considero importante
en este asunto es el hecho de que realmente las Fuerzas Armadas, las tropas,
protestaron, o al menos tenían una actitud negativa hacia el comportamiento
de las SS.
R: El que las Fuerzas Armadas protestaron es, por supuesto, bastante evidente.
P: Eso es lo que quería saber.
R: Un momento, por favor.
Cuando digo "las Fuerzas Armadas", me refiero a la masa de los soldados rasos,
los seres humanos corrientes. Por supuesto había en estas Fuerzas
Armadas otros hombres a los que querría excluir de ese grupo. No quiero
que se me malinterprete. El término "Fuerzas Armadas" no incluye a
todo el mundo, sino que incluye a la gran mayoría de los soldados
corrientes y seres humanos conscientes.
P: Usted utiliza el término "Wehrmacht" para distinguir a los soldados rasos del Estado Mayor.
R: En cuanto a los métodos
y condiciones entonces existentes, que fueron conocidos por primera vez en
esta forma por la gran masa de la Wehrmacht, creo que los he expresado con
bastante precisión en la pequeña sección que he descrito.
P: ¿Quién dio
la orden con respecto a la colaboración con el grupo ucraniano? Usted
habló ayer de ese grupo.
R: Tengo que ir más
allá y decir primero que este grupo estaba formado por ciudadanos de
diversos países: húngaros, checos y polacos que, debido a sus
actividades opositoras, habían emigrado o ido a Alemania. No puedo
decir quién ordenó esta colaboración porque estos asuntos
se conocieron bastante después y porque entonces no era ni siquiera
un miembro de la Sección del Abwehr y no estaba en contacto con el
departamento, al que no llegué hasta 1939. Sin embargo, recuerdo el
periodo posterior a 1938 bastante claramente. Querría añadir
en relación a esto, porque se ha mencionado ayer, que estos ucranianos,
como colectivo, no tenían vínculos de ninguna clase con Alemania.
Para ser más concretos, una gran mayoría de estas personas
con las que trató la División del Abwehr estaban en campos
de concentración alemanes, y algunos de ellos luchaban por su país
en grupos de partisanos soviéticos. Esos son los hechos.
P: ¿No le dijo el
Almirante Canaris que el Jefe del O.K.W. -cuando se le pidieron uniformes
y equipo polacos, peticiones hechas por las SS-, que Keitel ordenó
específicamente que la División del Abwher debía más
o menos olvidarse del asunto?
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R: También mencioné esta cuestión ayer diciendo que se trató todo de una forma misteriosa. Hasta que realmente ocurrieron los hechos, ni yo ni los demás supimos a qué se estaba jugando. Esto se puede ver claramente en el diario de guerra de la sección, que describe cómo un día se pidieron tantos uniformes para una operación llamada "Himmler" por orden de Canaris. Mi sorpresa y mi pregunta, cómo es que Himmler pedía uniformes polacos nuevos, están registradas en el diario por el oficial que se encargaba de escribirlo, y la pregunta fue respondida diciendo que estos uniformes simplemente serían recogidos tal día por alguien sin más explicaciones y que eso era el fin del asunto en lo que a mi concernía.Por supuesto, este asunto no sólo se volvió inmediatamente algo misterioso, sino también muy sospechoso, por esta relación con el nombre "Himmler". Todos nosotros, desde el nivel más alto hasta el suboficial que tenía que entregarle el equipo al Hauptsturmfuehrer de las SS cuyo nombre está registrado en el Diario de Guerra, nos sentimos así. Todos tenían alguna opinión sobre este asunto: que no se podía prohibir.
P: También hizo ayer
afirmaciones sobre el trato dado a prisioneros de guerra. ¿Qué
aspecto de esta cuestión afectaba a la Sección II del Abwehr?
R: Las funciones del Abwher
II hacían que fuera del mayor interés posible conseguir que
esos prisioneros de guerra fueran tratados decentemente; lo mismo es aplicable
a cualquier Servicio de Inteligencia del mundo.
P: Entiendo entonces que
quiere decir que la División II del Abwher como tal no se ocupaba
explícitamente de problemas asociados a prisioneros de guerra.
R: En absoluto con prisioneros de guerra.
P: Usted habló de
este problema del trato a prisioneros de guerra en relación a la charla
que tuvo lugar a finales de julio de 1941.
R: Sí, y durante esta
conversación no representé simplemente a mi sección,
sino a todo el departamento, la "Ausland-Abwehr", es decir, la sección
que tenía que ocuparse principalmente de cuestiones generales de Ley
Internacional, política militar, y cuestiones generales en territorio
extranjero comunes a todos los grupos del Abwehr. La Sección III del
Abwehr, más que mi propia sección, estaba, por supuesto, interesada
en estos asuntos porque algunos de sus oficiales servían en campos
de prisioneros de guerra, y desde el punto de la vista de la contrainteligencia
era importante saber de estas cosas. Para mi era de importancia el problema
entero más que los detalles parciales, es decir, que por muchas razones
se debía tratar decentemente a las personas en los campos en lugar
de maltratarlos o asesinarlos.
P: Usted dijo ayer que los campos de prisioneros de guerra en el Frente Oriental estaban bajo jurisdicción del O.K.W.
R: Sí, lo que dije
sobre los campos de prisioneros de guerra, como dije concretamente ayer,
lo supe a través de mi conversación con Reinecke y no a través
de un conocimiento directo de las propias órdenes, que no vi ni leí.
Esta conversación con Reinecke, que, como Jefe de la División
de Prisioneros de Guerra y en nombre del O.K.W. expuso el asunto, me aclaró el problema de los prisioneros de guerra.
P: Mi pregunta se refería
a los límites de la jurisdicción. ¿No sabía quién
de la Sección de Operación del Ejército era responsable
de los prisioneros de guerra, ni que el O.K.W. se hacía cargo de esta
responsabilidad en el momento en el que los prisioneros de guerra llegaban
a Alemania?
R: Sí, según
recuerdo, el Estado Mayor del Ejército lo había preparado todo
para traer aquí a estas personas; y una orden procedente de Hitler
autorizó al O.K.W. a anular esto, y el Estado Mayor hizo entonces
responsable al O.K.W. de todas las consecuencias. No sé lo que ocurrió
después y no tengo derecho a juzgarlo; sólo puedo repetir lo
que vi y oí.
P: Pensaba que usted ayer
había expuesto la conjetura de que por orden de Hitler se detuvo el
movimiento de prisioneros de guerra.
R: No expresé ninguna
conjetura; simplemente repetí lo que había oído en aquel
tiempo y lo que sabía. Por supuesto, podría equivocarme.
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P: ¿A quién le había oído esto?
R: Supe de ello a través
de las personas con las que tenía un contacto diario, como Canaris,
los jefes de sección, y otros que estaban en las conversaciones e
informes de situación diarios y en ese tipo de sitios en los que se
discutían estos asuntos. Bajo esas circunstancias supe de estas cosas,
que eran discutidas con frecuencia, y como he destacado repetidas veces en
el pasado desde mi primer interrogatorio, le dije a Reinecke a la cara lo
que él decía en aquel tiempo sobre estos asuntos.
P: Eso no tiene que ver con mis preguntas.
R: Entiendo bien su pregunta,
pero quiero definirla lo más claramente posible para dejarle claro
lo que dije ayer para describir los límites organizacionales específicos.
P: ¿Pero sabe que por principio el O.K.W. se hacía cargo de los prisioneros de guerra sólo en Alemania?
R: Eso es evidente.
P: ¿Pudo ocurrir que
la oficina de Abwehr que tenía que hacerse cargo de actividades de
comando adoptara una actitud como la que usted definió ayer, teniendo
en cuenta que ustedes tenían que tratar estas cosas desde el lado
alemán, pero sin que oficialmente fueran asunto suyo?
R: No, no directamente. La Oficina del Ausland tenía algo que ver con estas cosas porque en cierta forma cualquier orden que se se considerara afectaba a la Inteligencia, incluso antes de que se le diera forma, y ciertamente tan pronto como se daba. La Orden en cuestión implicaba, por supuesto, una cuestión esencial de Ley Internacional, y la Sección del Ausland de la División del Abwehr, o el "Sachbearbeiter", como era denominado, estaba naturalmente interesado en ello. Mi división, ciertamente, se veía afectada directamente por estas cosas por las razones explicadas antes con respecto a las posibles consecuencias que sufrieran personas de las que yo era responsable.
P: En cuanto a la división de Ley Internacional del Ausland-Abwehr, ¿adoptó una postura oficial hacia esto?
R: Escribí, como señalé
ayer, un texto sobre este tema desde el punto de vista de mi sección
que se pasó a Canaris e iba a ser parte del documento largo. Sólo
me enteré a través de lo que dijo Burckner en aquel tiempo del
uso que se le dio. Independientemente de que él, es decir, su departamento
presentara estas objeciones y contra-objeciones, se dio a conocer el peligro
que suponían estas medidas. Esto se hizo en una segunda ocasión
y de nuevo no puedo decir si por escrito u oralmente, después de que
ya hubieran tenido lugar ejecuciones y yo hubiera protestado de nuevo. Este
fue el desarrollo lógico de los hechos.
EL PRESIDENTE: Ayudaría al intérprte que, al dar una respuesta muy larga como esa, haga una pausa entre las diversas partes de la respuesta.
EL TESTIGO: ¿Debo repetirla?
EL PRESIDENTE: No, no; continúe.
DOCTOR NELTE:
P: También habló
usted ayer de una especie de marcado usado con los prisioneros rusos. ¿No
es usted consciente de que un plan sobre esta cuestión, presentado
por el entonces Jefe del O.K.W., que había llegado al Cuartel General
del Führer, fue cancelado por una orden transmitida por teléfono,
y que debido a un terrible malentendido se emitió esta orden, pero
haciendo muy pocas copias?
R: No, no sé eso,
porque en general oí tan sólo de hechos que tuvieran lugar
dentro de la Sección de Canaris en la División del Abwher.
Tampoco supe de estos hechos porque los hubiera promovido o dirigido yo.
Sólo me enteraba de lo que ocurría en los niveles superiores
si se me ordenaba colaborar con ellos.
P: ¿Usted no vio la orden?
R: ¿A qué orden se refiere?
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P: La del marcado de prisioneros rusos.
R: No. Al igual que el asunto
de las órdenes sobre los comandos, sólo asistí a la
muy viva discusión de esta cuestión con respecto al marcado
de prisioneros rusos. Recuerdo que Canaris mencionó que un doctor
había presentado un informe médico sobre cómo se podía
hacer esto de la forma más eficiente.
P: Usted afirmó ayer que el Almirante Canaris había dicho que el acusado Keitel había dado la orden de acabar con el General Weygand. El acusado Keitel niega eso. Quiere que le pregunte si tiene en su poder algún documento o prueba escrita que sirva como evidencia de la fuente de esa observación sobre el General Weygand.
R: Esta orden no se transmitió
por escrito, sino que se me dio directamente. Se me dio a mi porque iba a
llevarla a cabo yo a través de mi departamento. Para un cierto círculo
alrededor de Canaris, cierto público limitado, era conocida, y fui
iniciado en este asunto por un discurso que dio Canaris ante el O.K.W. de
Keitel después del cual Keitel me habló de la cuestión.
He anotado esto en mi diario. No había sido un hecho de los de todos
los días. Tuvo lugar el 23 de diciembre de 1940.
P: ¿No recuerda las palabras exactas de la pregunta que le hizo el acusado Keitel?
R: Por supuesto no recuerdo
las palabras exactas; el incidente ocurrió hace mucho tiempo. Recuerdo
el significado muy bien. El significado era: "¿Qué se ha hecho
en esta cuestión? ¿Cómo están las cosas?".
P: Usted dijo ayer que respondió con evasivas.
R: No recuerdo las palabras
exactas de mi respuesta, pero ciertamente no dije lo que le había
dicho a Canaris: "No consideraré la ejecución de una orden
asesina como esta; mi sección y mis oficiales no son una organización
de asesinos". Probablemente le dije a Keitel algo sobre lo difícil
que era el asunto; di alguna respuesta evasiva que se me ocurrió.
P: Si el Jefe del O.K.W.
hubiera ordenado una acción por iniciativa propia o cumpliendo órdenes
superiores, habría sido, debido al alto rango del General Weygand,
un acto de Estado. No nos dijo si después del 23 de diciembre de 1940
surgió algo sobre este asunto, es decir, si el Jefe del O.K.W. volvió
a exponer la cuestión.
R: No, no dije eso ayer,
pero mencioné frecuentemente durante el interrogatorio que después
de esto nada más ocurrió por parte del Jefe del O.K.W. La actitud
de Canaris dejó claro que nada más se había vuelto a
saber de ello, ya que cumpliendo la jerarquía de órdenes, habría
tenido que transmitirme las órdenes. Por otro lado, la información
que recibí sobre el asunto de Giraud fue fidedigna.
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