Noveno Día: viernes, 30 de noviembre de 1945
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P: ¿Y de quiénes se trataba?R: Fundamentalmente, de la intelectualidad polaca, la nobleza, el clero y, por supuesto, los judíos.
P: ¿Qué se dijo, si se dijo algo, sobre una posible cooperación con un grupo ucraniano?
R: El entonces Jefe del O.K.W., que dijo que transmitía una orden que al parecer había recibido de Ribbentrop con respecto a los planes políticos del Ministro de Exteriores, le ordenó a Canaris que instigara un movimiento de resistencia en la parte de Galitzia perteneciente a Ucrania que debía tener como objetivo el exterminio de judíos y polacos.
P: ¿En qué momento entraron en esta reunión Hitler y Jodl?
R: Hitler y Jodl entró
o después de que lo que acabo de describir tuviera lugar, o hacia
el final de esta discusión, y Canaris ya había comenzado su
informe sobre la situación en el Oeste: es decir, sobre las noticias
que habían llegado mientras tanto sobre la actitud del ejército
francés ante el Muro Occidental.
P: ¿Y qué otras cuestiones se discutieron?
R: Tras esta discusión
en el vagón privado de trabajo del Jefe del O.K.W., Canaris se fue
del vagón y mantuvo una breve conversación con Ribbentrop,
que, volviendo al tema de Ucrania, le dijo una vez más que el movimiento
de rebelión o resistencia debía organizarse de tal forma que
todas las granjas y viviendas de los polacos ardieran y de forma que se asesinara
a todos los judíos.
P: ¿Quién dijo eso?
R: El entonces Ministro de Exteriores, Ribbentrop, le dijo esto a Canaris. Yo estaba junto a él.
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P: ¿No tiene la menor duda sobre esto?
R: No. No tengo la menor duda de esto. Recuerdo con especial claridad la en cierta forma nueva frase, "que todas las granjas y viviendas de los polacos ardieran", porque hasta entonces sólo se habían usado términos como "liquidación" y "matar".
P: ¿Hay alguna nota en el diario de Canaris que le ayudara a refrescar la memoria también sobre este punto?
R: No.
P: ¿Qué se dijo, si se dijo algo, sobre Francia?
R: En la cuestión
de Francia, tuvo lugar una discusión en el vagón del Jefe del
O.K.W. Canaris expuso la situación en el Oeste según los informes
que había recibido del servicio de inteligencia del "Abwehr". Canaris
describió la situación diciendo que en su opinión los
franceses estaban preparando un gran ataque en el sector de Saarbrucken.
Hitler, que mientras tanto había entrado en la sala, intervino, se
hizo cargo de la discusión, y rechazó vivamente la opinión
que Canaris acababa de expresar, exponiendo argumentos que, mirando ahora
hacia atrás, debo reconocer como hechos correctos.
P: ¿Recuerda si durante esta reunión Ribbentrop dijo algo sobre los judíos?
R: Durante la conversación, que estaba teniendo lugar en el vagón privado de reuniones del Jefe del O.K.W., Ribbentrop no se encontraba allí.
P: ¿Recuerda si en alguna de las reuniones Ribbentrop dijo algo sobre los judíos?
R: En esta reunión, repito -la que tuvo lugar en el vagón-, no.
P: Con la intención
de que lo registrado en el sumario sea correcto, cuando se ha referido al
Jefe del O.K.W., ¿se refería a Keitel?
R: Sí.
P: ¿Se pidió en algún momento ayuda a la Wehrmacht para preparar la campaña polaca?
R: Sí.
P: ¿Se dio algún nombre especial a esos preparativos?
R: Según está
registrado en el diario de mi sección, el nombre que se dio a estos
preparativos que tuvieron lugar justo antes de la campaña polaca fue
"Himmler".
P: ¿Puede explicarle al Tribunal qué clase de ayuda se solicitó?
R: El asunto sobre el que voy a declarar ahora es una de las acciones más misteriosas que tuvieron lugar en el entorno de la oficina del Abwehr. En algún momento, creo que fue a mediados de agosto -se puede ver la fecha exacta en la entrada correspondiente del diario- se encargó a la Sección I del Abwehr, así como a mi sección, la Sección II, que proporcionaran o tuvieran listos equipo y uniformes polacos, así como tarjetas de identificación y otras cosas para los preparativos "Himmler". Esta petición, según una entrada de mi diario escrita por mi ayuda de campo, fue recibida por Canaris del Wehrmacht Fuehrungstab o de la "Landesverteidigung" - Defensa Nacional.
P: ¿Sabe dónde se originó la petición?
R: No puedo decir dónde
se originó la petición. Sólo puedo repetir cómo
nos llegó en forma de orden. Era, sin duda, una orden que ya nos hacía
recelar a los jefes de sección afectados por ella sin conocer del
todo lo que era. El nombre Himmler, sin embargo, era suficientemente elocuente.
En las entradas pertinentes del diario se expresa el hecho de que pregunté
por qué le íbamos a dar uniformes al Sr. Himmler.
P: ¿A quién se debía entregar el material polaco obtenido por el Abwehr?
R: Estos artículos
debían mantenerse listos, y un día, un hombre de las SS o la
SD -el nombre figura en el diario de guerra oficial del departamento- los
recogió.
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P: ¿En qué momento se informó al Abwehr de cómo se iba a usar este material polaco?
R: Se nos ocultó el
propósito real, y aún hoy no conocemos sus detalles; no supimos
de ello, aunque entonces tuvimos la comprensible sospecha de que se planeaba
alguna oscura acción, en particular debido al nombre de los preparativos.
P: ¿Supo posteriormente a través de Canaris lo que ocurrió?
R: El curso de los acontecimientos fue el siguiente: cuando apareció el primer boletín de guerra, que hablaba del ataque de unidades polacas en territorio alemán, Pieckenbrock, que tenía el informe en sus manos y lo leyó, observó que ahora sabíamos para qué se habían necesitado nuestros uniformes. Ese mismo día, o unos días después, no puedo decirlo con exactitud, Canaris nos informó de que se había ordenado a personas de campos de concentración disfrazadas con estos uniformes que efectuaran un ataque militar contra la estación de radio de Gleiwitz. No puedo recordar si se mencionó alguna otra localidad. Aunque estábamos muy interesados, en particular el General Oster, en conocer detalles de esta acción, es decir, dónde había ocurrido y lo que ocurrió con detalle -aunque podíamos imaginarlo- no lo averiguamos con certeza, y aún hoy no puedo decir con exactitud qué ocurrió.
P: ¿Llegó a
averiguar lo que le ocurrió a los hombres de los campos de concentración
que vistieron los uniformes polacos y provocaron el incidente?
R: Es extraño, esta
cuestión aún hoy me interesa, por ello tras la capitulación
hablé de esto con un Hauptsturmführer de las SS que estaba confinado
en el mismo hospital que yo, y le pregunté detalles sobre lo que había
ocurrido. Este hombre -su nombre era Burckel- me dijo: "Es curioso, pero
incluso nosotros, en nuestros círculos, sólo supimos de estos
hechos mucho, mucho después, y lo que averiguamos entonces fue indirectamente.
Por lo que sé" -dijo- "todos los miembros de la SD que tomaron parte
en esa acción fueron al parecer apartados; es decir, los asesinaron".
Es lo último que oí de este asunto.
P: ¿Recuerda haber asistido a una reunión en 1940 en la que se habló del nombre de Weygand?
R: Sí.
P: ¿Recuerda el mes en concreto en el que tuvo lugar esta discusión?
R: La discusión tuvo
lugar en el invierno de 1940, en noviembre o diciembre si no recuerdo mal.
He registrado la fecha precisa en mis notas personales, de acuerdo con los
deseos de Canaris.
P: Por lo que usted recuerda, ¿quién estaba presente?
R: En aquel tiempo nos reuníamos
normalmente en la conferencia, es decir, los tres jefes de secciones y el
Jefe de la Sección Ausland, el antiguo Almirante Burckner.
P: ¿Qué les dijo Canaris en esta reunión?
R: En esta conversación
Canaris nos dijo que durante un largo tiempo Keitel le había presionado
para ejecutar una acción que llevara a la eliminación del Mariscal
francés Weygand; y que yo -es decir, mi sección- me encargaría
de llevar a cabo esta tarea.
P: Cuando dice "eliminación", ¿qué quiere decir?
R: Asesinato.
P: ¿Qué estaba haciendo Weygand en aquel tiempo?
R: Weygand estaba, que yo recuerde, en aquel momento en el Norte de África.
P: ¿Cuál fue la razón dada para asesinar a Weygand?
R: La razón que se
dio fue el miedo a que la parte del Ejército francés del Norte
de África que no había sufrido pérdidas pudiera encontrar
en Weygand un punto de apoyo para resistir. Esto es, por supuesto, tan sólo
un breve resumen de lo que aún recuerdo hoy en día. Puede que
hubiera otros factores a tener en cuenta.
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P: Después de que Canaris les informara de esto, ¿qué más se dijo en esta reunión?
R: Esta petición,
que fue planteada al Abwehr abiertamente y sin reparos por un representante
de las Fuerzas Armadas, fue rechazada enérgicamente y con indignación
por todos los presentes. Yo, como la persona más afectada dado que
se encargó a mi departamento la acción, dije ante todos los
presentes que no tenía intención de ejecutar esa orden. Mi
sección y mis oficiales son combatientes, pero no son una organización
de asesinos ni asesinos.
P: ¿Qué dijo entonces Canaris?
R: Canaris dijo: "Cálmese. Hablaremos de ello más tarde".
P: ¿Y habló de ello más tarde con Canaris?
R: Después de que
el resto de caballeros hubiera abandonado la sala, hablé a solas con
Canaris. Canaris me dijo inmediatamente: "Es obvio que esta orden no sólo
no se llevará a cabo, sino que ni siquiera será comunicada
más veces", y así fue.
Q: ¿Se le preguntó posteriormente si había usted llevado a cabo esta orden?
R: En una reunión
que Canaris tuvo con Keitel, en la que yo estaba presente, el entonces Jefe
del O.K.W., Keitel, me preguntó por este tema. Me preguntó
qué había ocurrido o qué se había preparado hasta
entonces con respecto a este asunto. La fecha de este hecho está registrada
en mis notas, con el conocimiento y aprobación de Canaris.
P: ¿Qué respuesta le dio a Keitel?
R: Naturalmente no puedo
recordar las palabras exactas que pronuncié, pero hay una cosa segura;
ciertamente no respondí que no tenía intención de llevar
a cabo esa orden. No podía hacerlo, y no lo hice; si no, no estaría
hoy sentado aquí. Probablemente, como en otras muchas ocasiones similares,
respondí que era muy díficil, pero que se haría todo
lo posible, o algo por el estilo. Claro está, no puedo recordar mis
palabras exactas.
P: ¿Es usted el único miembro de este círculo íntimo de Canaris que aún vive?
R: Creo que al menos soy
uno de los muy pocos que quedan. Quizás Pieckenbrock aún viva;
quizás Bentivigny, que, sin embargo, no pertenecía al círculo
íntimo. La mayoría de los demás cayeron tras los hechos
del 20 de julio.
CORONEL AMEN: Comenzaré ahora con otro asunto. No sé si quiere que comience tras el receso.
EL PRESIDENTE: Seguiremos hasta las 12:45.
(Continuación del interrogatorio del testigo por parte del Coronel Amen.)
P: ¿Asistió en 1941 a una conferencia en la que estaba presente el General Reinecke?
R: Sí.
P: ¿Quién era el General Reinecke?
R: El General Reinecke era en aquel tiempo Jefe de la Oficina General del Ejército, es decir, un miembro de la oficina del O.K.W.
P: ¿Recuerda la fecha aproximada de esa reunión?
R: Fue más o menos en el verano de 1941, poco después del comienzo de la campaña rusa; posiblemente en julio.
P: Díganos con exactitud, a partir de sus recuerdos, quiénes estaban en esa conferencia.
R: En esa conferencia, que también quedó registrada en las notas tomadas por Canaris, en la que participé como su representante, se encontraban presentes las siguientes personas: el General Reinecke como el oficial que la presidía, el Obergruppenführer Muller, de la R.S.H.R., el General Breuer, representando a la oficina a cargo de los prisioneros de guerra, y yo, como representante de Canaris, es decir, del "Ausland-Abwehr".
P: ¿Puede explicar quién era Muller y por qué estaba en esta reunión?
R: Muller era un Jefe de División de la oficina principal de la Seguridad del Reich (R.S.H.R.) y participó en la sesión porque era el responsable de las medidas sobre el tratamiento de prisioneros rusos; es decir, de las ejecuciones.
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P: ¿Puede explicar quién era el Coronel Breuer y por qué estaba allí?R: El Coronel Breuer estaba a cargo de cuestiones relacionadas con los prisioneros de guerra. No sé exactamente en que Organización trabajaba en aquel momento. Se encargaba de cuestiones referidas a prisioneros de guerra dentro del O.K.W.
P: ¿Cuál era el propósito de esta conferencia?
R: El propósito de esta conferencia era examinar las órdenes recibidas hasta entonces con respecto al tratamiento de prisioneros de guerra, y también comentar, explicar y dar una base razonable a estas órdenes.
P: ¿Supo a través
de la conversación de esta conferencia qué era lo principal
de estas órdenes que se discutían?
R: Su contenido afectaba
sobre todo a dos grupos de medidas que se iban a tomar. El primero era el
asesinato de comisarios rusos. El segundo era el asesinato de todos aquellos
elementos entre los prisioneros de guerra rusos que, según una selección
especial de la SD, fueran identificados como bolcheviques o representantes
activos de la visión bolchevique del mundo.
P: ¿Se enteró también en esta conversación de en base a qué se daban estas órdenes?
R: La base de estas órdenes
fue explicada por el General Reinecke básicamente así: la guerra
entre Alemania y Rusia no era una guerra entre dos Estados o dos ejércitos,
sino entre dos formas de ver el mundo, la nacionalsocialista y la bolchevique.
No se debía ver al soldado del Ejército Rojo como un soldado
normal y corriente, como nuestros oponentes occidentales, sino como un enemigo
ideológico. Es decir, un enemigo a muerte del nacionalsocialismo,
y se le debía tratar de acuerdo a esto.
P: ¿Le dijo Canaris por qué le había elegido para asistir a esta conferencia?
R: Canaris me dio dos o quizás
tres razones para enviarme a esta sesión, aunque él mismo se
encontraba en Berlín. Primero quería evitar un contacto personal
con Reinecke, al que consideraba como el prototipo de los siempre voluntariosos
generales nacionalsocialistas, y hacia el que sentía personalmente
una fuerte antipatía. En segundo lugar, me dijo que el principio que
me debía guiar era tratar a través de argumentos basados en
hechos -es decir, tratando de llamar a la razón- de oponerme a esta
orden brutal y sin sentido, o al menos de mitigar sus malignos efectos tanto
como fuera posible. Me eligió por razones tácticas también,
dado que, como jefe de departamento, no podía de ninguna forma hablar
tan claramente como yo, que, gracias a mi puesto de rango inferior, podía
usar un lenguaje más duro.
En tercer lugar, estaba muy
de acuerdo con mi actitud personal, una actitud que manifesté, cuando
era posible, en mis muchos viajes al frente, donde vi maltratos a prisioneros
de guerra. Este hecho está claramente registrado en mis notas.
P: ¿Le pusieron Canaris y los otros miembros de su grupo un nombre particular a Reinecke?
R: No sólo en nuestro grupo, sino también en otros lugares, se le llamaba "el pequeño Keitel", o "el otro Keitel".
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