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Segundo Día: Miércoles, 21 de noviembre de 1945
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Por supuesto, es evidente que estos "alzamientos" fueron gestionados por el gobierno y el Partido Nazi. Si dudáramos, podríamos recurrir al memorándum de Streicher del 14 de abril de 1939, que dice: "La acción antijudía de noviembre de 1938 no surgió espontáneamente de la gente. Parte de las organizaciones del partido se han hecho cargo de le ejecución de la acción antijudía" (406-PS). Se multó a todo el colectivo judío con mil millones de Reichsmarks. Se les excluyó de todos los negocios, y se confiscaron las reclamaciones a las compañías de seguros por sus propiedades incendiadas, todo ello a través del decreto del acusado Goering. (Reichsgesetzblatt, 1938, Parte 1, págs. 1579-1582.)

Las sinagogas fueron objeto de una venganza especial. El 10 de noviembre de 1938 se dio la siguiente orden:

"Por orden del Comandante de Grupo, se han de volar o incendiar todas las sinagogas judías del área de la Brigada 50... La operación se llevará a cabo vistiendo ropas civiles... Se informará de la
ejecución de la orden..." (1721-   PS.)
Se presentarán unos 40 teletipos del cuartel general de la policía que hablarán de la furia con que todos los judíos fueron perseguidos en Alemania esas terribles noches de noviembre. Se dio carta blanca a las tropas de la SS y la Gestapo lo supervisó. Se destruyó propiedad judía. La Gestapo ordenó que se arrestara a treinta mil "judíos de buena posición". Serían recibidos en campos de concentración, y la orden indicaba que se tomara a los judíos ricos aptos para trabajar (3051-PS).

A medida que se expandían las fronteras alemanas por la guerra, así lo hacía la campaña contra los judíos. El plan nazi nunca fue limitado a Alemania, siempre contemplaba la extinción de los judíos en Europa y con frecuencia en el mundo. En Occidente, los judíos fueron asesinados y sus propiedades arrebatadas. Pero la campaña alcanzó su cénit de salvajismo en el Este. Los judíos del Este han sufrido como nunca ha sufrido un pueblo. Se informaba cuidadosamente a las autoridades nazis de sus sufrimientos para demostrar una adhesión fiel a los designios nazis. Me referiré tan sólo al número adecuado de pruebas disponibles para demostrar la extensión del plan nazi para asesinar a los judíos.

Si tuviera que citar estos horrores con mis propias palabras, pensarían que carezco de moderación y no soy de fiar. Afortunadamente, no necesitamos las palabras de ningún testigo, sino las de los propios alemanes. Les invito ahora a ver unos pocos del vasto número de órdenes e informes alemanes capturados que serán presentados como pruebas para saber lo que significaba una invasión nazi. Presentaremos pruebas como el informe del "Einsatzgruppe(Grupo de Acción) A" del 15 de octubre de 1941, que alardea de que al ocupar los Estados Bálticos, "se indujo a fuerzas antisemitas nativas a comenzar pogroms contra los judíos durante las primeras horas tras la ocupación". El informe continúa: 

"Desde el primer momento se tuvo en cuenta que el problema judío en el Este no podría ser resuelto sólo con pogroms. De acuerdo con las órdenes básicas recibidas, sin embargo, las actividades de limpieza de la Policía de Seguridad

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tenían como objetivo la aniquilación completa de los judíos. Destacamentos especiales reforzados por unidades seleccionadas -en Lituania, unidades de partisanos, en Letonia unidades de la policía auxiliar letona- realizaron así grandes ejecuciones tanto en las ciudades como en áreas rurales. Las acciones de los destacamentos de ejecución se realizaron con suavidad".  

"La suma total de los judíos liquidados en Lituania, de acuerdo con el informe, asciende a 71.105. Durante los pogroms en Kovno, 3.800 judíos fueron eliminados, en las ciudades más pequeñas, unos 1.200".

"En Letonia, se ha ejecutado hasta ahora a un total de 30.000 judíos. Quinientos fueron eliminados por medio de pogroms en Riga" (L-180).

Esto es un informe capturado del Comisionado de Sluzk del 20 de octubre de 1941 que describe la escena con más detalle. Dice:
"...El teniente explicó que el batallón de policía había recibido la orden de realizar la liquidación de todos los judíos de la ciudad de Sluzk en dos días... Entonces le pedí que pospusiera la acción un día. Sin embargo, rechazó esto diciendo que tenía que llevar a cabo esta acción en todas partes y en todas las ciudades, y que sólo se habían reservado dos días para Sluzk. En esos dos días había que limpiar de la ciudad de Sluzk de judíos fuera como fuese... Se sacó a todos los judíos sin excepción de las fábricas y las tiendas y se les deportó a pesar de nuestro acuerdo. Es cierto que parte de los judíos fueron trasladados dede el gueto, donde muchos fueron procesados y todavía apartados por mi, pero se subió a una gran parte a camiones y se les liquidó sin más demora fuera de la ciudad. Por lo demás, en cuanto a la ejecución de la acción, he de señalar con el mayor de mis disgustos que bordeó el sadismo. La propia ciudad ofrecía una imagen de horror durante la acción. Con una brutalidad indescriptible por parte de los oficiales de policía alemanes, y en particular por parte de los partisanos lituanos, los judíos, pero también entre ellos rutenos blancos, fueron sacados de sus hogares y agrupados. En cualquier lugar de la ciudad se oían disparos y en varias calles se acumulaban cadáveres de judíos fusilados. Los rutenos blancos estaban terriblemente angustiados por conseguir que se les liberara del acorralamiento. Sin importar el hecho de que los judíos, entre los que había también hombres de negocios, fueron maltratados de una forma terriblemente bárbara ante los rutenos blancos, éstos también fueron golpeados con porras de goma y culatas de rifle. No había ya ninguna duda sobre una acción contra los judíos. Parecía una revolución..." (1104-PS.)
Hay informes que simplemente ponen en una tabla el número de asesinados. Otro ejemplo es un relato del trabajo de los Einsatzgruppen de la Sipo y la SD en el Este que dice que "en Estonia, todos los judíos fueron inmediatamente arrestados tras la llegada de la Wehrmacht".

Se sometió a trabajos forzados a los hombres y mujeres judíos mayores de dieciséis años y capaces de trabajar. Se sometió a los judíos a todo tipo de restricciones y se confiscaron todas las propiedades judías.

Todos los hombres judíos mayores de dieciséis fueron ejecutados, con la excepción de los médicos y los ancianos. Sólo sobrevivieron 500 de 4.500 judíos.

Durante octubre, 37.180 personas fueron liquidadas por la Sipo y la SD en la Rutenia Blanca. 

En una ciudad se ejecutó a 337 mujeres judías por mostrar una "actitud provocativa". En otra, 380 judíos fueron  fusilados por difundir propaganda maligna.

Y así sigue el informe, listando ciudad tras ciudad, con cientos y cientos de judíos asesinados.

En Vitebsk se liquidó a 3.000 por peligro de epidemia. 

En Kiev, 33.771 judíos fueron ejecutados entre el 29 y el 30 de septiembre como represalia por unos incendios que se provocaron allí.                                                  

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En Zhitomir, 3.135 judíos "tuvieron que ser fusilados" porque, según la experiencia, había que considerar que eran los difusores de propaganda bolchevique.

En Kherson, 410 judíos fueron ejecutados en represalia por actos de sabotaje. En el territorio al este del Dnieper, se "resolvió" el problema judío por medio de la liquidación de 4.891 judíos y llevando al resto a batallones de trabajo de hasta 1.000 personas (R-102).

Otros relatos no hablan tanto de la masacre como de lo profundo de la degradación a la que llegaron los torturadores. Por ejemplo, mostraremos el informe elaborado por el acusado Rosenberg sobre el Ejército y las SS en el área bajo jurisdicción de Rosenberg, que decía lo siguiente:

"Detalles: en presencia de hombres de las SS, un dentista judío tiene que sacar todos los dientes de oro y empastes de la boca de judíos alemanes y rusos antes de ser ejecutados.
Se encierra a hombres, mujeres y niños en establos, y son quemados vivos.
Campesinos, mujeres y niños, son fusilados con el pretexto de que se sospecha que pertenezcan a bandas". (R-135.)

En Occidente oímos hablar de vagones de gaseamiento en los que se asfixiaba a judíos y opositores políticos. No podíamos creerlo. Pero aquí tenemos el informe del 16 de mayo de 1942 del oficial alemán de las SS Becker, a su supervisor en Berlín, que cuenta esta historia

"Los furgones de gaseamiento del grupo C pueden llevarse al punto de la ejecución, que en general está a entre diez y quince kilómetros de la carretera principal, sólo cuando no llueve. Dado que los que van a ser ejecutados se ponen histéricos si se les lleva a este lugar, estos furgones quedan inmovilizados cuando llueve.   

Los furgones de gaseamiento del grupo D fueron camuflados como camiones con remolque, pero son vehículos bien conocidos por las autoridades y la población civil, que los llama 'Furgones de la Muerte'.

El autor de la carta, Becker, ordenaba a todos los hombres que se mantuvieran los más alejados posible durante el gaseamiento. La descarga del furgón tras el gaseamiento tiene 'atroces efectos espirituales y físicos' en los hombres y se les debería ordenar no participar en dicho trabajo" (501-PS).

No trataré más este asunto, salvo para citar otro repugnante documento que evidencia el carácter planeado y sistemático de estas persecuciones contra los judíos. Presento un informe escrito con precisión teutónica hasta el último detalle, ilustrado con fotografías para autenticar su texto casi increíble, y forrado hermosamente en cuero con el cariño dado a un trabajo del que alguien se siente orgulloso. Es el informe original del General de Brigada de las SS Stroop, encargado de la destrucción del gueto de Varsovia, y su página de título lleva escrito: "El gueto judío de Varsovia ha dejado de existir". Es característico que uno de los pies de foto explica que la fotografía en cuestión muestra la expulsión de "bandidos" judíos; las personas que se ven salir en la fotografía son casi en su mayor parte mujeres y niños pequeños. Contiene un relato día a día de los asesinatos perpetrados por las SS, demasiado largo para exponerlo, pero déjenme citar el resumen del General Stroop:
  "Sólo se pudo suprimir la resistencia planteada por los judíos y los bandidos por medio de acciones enérgicas de nuestras tropas día y noche. El Reichsführer de las SS ordenó el 23 de abril de 1943 la limpieza del gueto con total inmisericordia y tenacidad implacable. Por tanto, decidí destruir e incendiar todo el gueto sin tener en cuenta las fábricas de armamento. Estas fábricas fueron desmanteladas sistemáticamente, y entonces, incendiadas. Los judíos normalmente abandonaban sus escondites, pero con frecuencia permanecían en los edificios en llamas y saltaban por las ventanas sólo cuando el calor se hacía insoportable. Entonces trataban de arrastrarse con huesos rotos por la calle para entrar en edificios que no estuvieran ardiendo. La vida en las alcantarillas dejó de ser cómoda tras la primera semana. Muchas veces podíamos oír

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voces en ellas. Hombres de la SS y policías se metieron valientemente por las bocas de alcantarilla para capturar a estos judíos. A veces tropezaban con cadáveres de judíos; a veces les disparaban. Se arrojaban bombas de gas lacrimógeno por las bocas de alcantarilla, sacando así a los judíos y capturándolos. Un número incontable de judíos fueron liquidados en alcantarillas y búnkers al volarlos. Cuanto más duraba la resistencia, más duros se volvían los miembros de las Waffen SS, la policía y la Wehrmacht, que siempre llevaron a cabo su tarea de forma ejemplar. Con frecuencia, los judíos que trataban de reabastecerse de comida durante la noche o de comunicarse con grupos vecinos eran exterminados" (1061-PS).
"Esta acción eliminó", dice el comandante de la SS, "un total demostrado de 56.065. A esto hay que añadir el número de muertos por voladuras, incendios, etc. que no se pueden contar".

Acusamos de que todas las atrocidades contra los judíos fueron la manifestación y culminación del plan nazi en el que participaron todos los acusados aquí presentes. Sé muy bien que algunos de estos hombres tomaron medidas para librar a algún judío concreto por razones personales de los horrores que esperaban al judío sin protección. Algunos protestaron por atrocidades particulares, y no dieron crédito a la politica general. Aunque unos pocos acusados pueden haberse esforzado para lograr excepciones específicas a la política de exterminio judío, no he encontrado ningún caso en el que ningún acusado se opusiera a la propia política o tratara de revocarla o siquiera modificarla.

La determinación de destruir a los judíos era una fuerza que establecía un vínculo que en todo momento cimentaba los elementos de esta conspiración. Había diferencias en muchas políticas internas entre los acusados.  Pero no hay ninguno que no haya coreado el grito de unión del nazismo: DEUTSCHLAND ERWACHE-JUDAVERRECKE (¡Alemania, despierta! ¡Judío, perece!)

Pasaré ahora a analizar el terrorismo y la preparación para la guerra.

Se considera que la forma en la que en general un gobierno trata a sus habitantes no es de la incumbencia de otros gobiernos o de la sociedad internacional. Ciertamente, pocas opresiones o crueldades podrían lograr la intervención de potencias extranjeras. Pero ahora se sabe que el maltrato alemán de alemanes superó en magnitud y salvajismo cualquier límite de lo que es tolerado por la civilización moderna. Otras naciones, con el silencio, estarían consintiendo esos crímenes. Además, estas persecuciones nazis adquieren el carácter de crímenes internacionales a causa del fin con el que se cometieron.

El fin, como hemos visto, de librarse de la influencia de los sindicatos, las iglesias y los judíos, era despejar las obstrucciones a la precipitación de una guerra de agresión. Si la guerra de agresión en violación de obligaciones internacionales es una cuestión de ámbito internacional, su preparación ha de ser también motivo de interés para la comunidad internacional. El terrorismo fue el instrumento clave para asegurar la cohesión del pueblo alemán para la finalidad de la guerra. Además, estas crueldades en Alemania sirvieron como práctica de atrocidades para enseñarle a los miembros de la organización criminal que debían seguir el patrón más adelante en los países ocupados.

A través de los cuerpos de policía que comparecen acusados de ser organizaciones criminales, los líderes del Partido Nazi, ayudado en algún momento en sus propósitos básicos y destacados por todos los acusados, instauró un reinado de terror. Estas organizaciones de espionaje y policía fueron utilizadas para cazar a cualquier forma de oposición y penalizar toda disconformidad. Pronto estas organizaciones fundaron y administraron los campos de concentración- Buchenwald en 1933, Dachau en 1934. Pero estos nombres destacados no son los únicos. Los campos de concentración motearon el mapa de Alemania y fueron numerosos. Al principio se encontraron con la resistencia de algunos alemanes. Tenemos una carta capturada del Ministro de Justica Gurtner a Hitler que es reveladora. Un oficial de la Gestapo había sido procesado por crímenes cometidos en un campo en Hohenstein, y el Gobernador nazi de Sajonia había pedido inmediatamente que se anulara el proceso. El Ministro de justicia protestó en junio de 1935 porque, como dijo, "en este campo han ocurrido maltratos inusualmente graves a los prisioneros desde el verano de 1934.              

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No sólo se azotaba a los prisioneros con látigos sin motivo, como en el campo de concentración de Bredow, cerca de Stettin, hasta que perdían la consciencia, sino que también eran torturados de otras formas, por ejemplo, con la ayuda de un aparato que goteaba construido exclusivamente para este fin, bajo el que los prisioneros tenían que permanecer hasta que sufrían heridas purulentas en el cuero cabelludo" (787-PS).

No dedicaré tiempo a detallar los espantosos procedimientos empleados en estos campos de concentración. Las palizas, el hambre, las torturas y los asesinatos eran rutinarios- tan rutinarios que los torturadores se volvieron descuidados e indiferentes. Tenemos un informe sobre el descubrimiento de que en Plotzensee una noche se ejecutó a 186 personas aunque se ordenó la ejecución de sólo 150. Otro informe describe cómo la familia de una víctima recibió dos urnas de cenizas por error. Se obligó a internos a ejecutar a otros internos. En 1942 se les pagaba cinco reichsmaks por ejecución, pero el 27 de junio de 1942 el General de las SS Glucke ordenó a los comandantes de todos los campos de concentración que redujeran sus honorarios a tres cigarrillos. En 1943, el Reichsführer de las SS y Jefe de la Policía Alemana ordenó que el castigo corporal a mujeres rusas fuera aplicado por mujeres polacas y viceversa, pero no se eliminó el premio. Se autorizó "como recompensa, unos pocos cigarrillos". Con los nazis, la vida humana se había devaluado progresivamente, hasta que finalmente se convirtió en algo que valía tan sólo un poco de tabaco- tabaco Ersatz. Hubo sin embargo algunas trazas de la esencia de la bondad humana. El 11 de agosto de 1942 Himmler envió una orden a los comandantes de catorce campos de concentración indicando que "sólo los prisioneros alemanes pueden golpear a otros prisioneros alemanes" (2189-PS).

El misterio y el suspense se sumaron a la crueldad para extender la tortura del interno a su familia y amigos. Hombres y mujeres desaparecían de sus hogares u oficinas o de las calles, y no se sabía nada de ellos. La falta de noticias no se debía a un personal saturado de trabajo, era la política seguida. El Jefe de la SD y la Sipo informó de que, de acuerdo con órdenes del Führer, se debía crear ansiedad en las mentes de la familia de la persona arrestada (668-PS). Las deportaciones y arrestos secretos eran denominados, con un ingenio nazi que resulta un tanto macabro, "Nacht und Nebel" (Noche y Niebla) (L,90, 833-PS).

Una de las muchas órdenes de estas acciones daba esta explicación: 

"El decreto incluye una innovación básica. El Führer y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas ordena que los crímenes de los tipos especificados cometidos por civiles de los territorios ocupados han de ser castigados por los consejos de guerra pertinentes en los territorios ocupados sólo cuando (a) la sentencia sea de pena de muerte, y (b) la sentencia se pronuncie no más allá de ocho días después del arresto. El Führer y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas considera que sólo cuando ambas condiciones se den se conseguirá que las acciones punitivas en los territorios ocupados produzcan el efecto disuasorio deseado.  En el futuro, en otros casos, se ha de traer al acusado secretamente a Alemania, y el proceso continuará aquí. El efecto disuasorio de estas medidas se basa en: (a) permitir la desaparición del acusado sin dejar rastro; (b) que a partir de entonces no se proporcione ninguna clase de información sobre su localización y su suerte" (833-PS).


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