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Engaño y Tergiversación
Técnicas de Negación del Holocausto

Los Informes Forenses


Autor: Richard Green

Esta página es un breve análisis de los informes "forenses" de Leuchter y Rudolf que prueban supuestamente que no pudieron tener lugar asesinatos masivos por exposición al cianuro de hidrógeno del Zyklon-B en las cámaras de gas del complejo
Auschwitz-Birkenau.

Los siguientes enlaces llevan a análisis más profundos sobre estos informes "forenses".

Diversas investigaciones forenses realizadas en Auschwitz-Birkenau ya en 1945 encontraron pruebas del exterminio masivo que tuvo lugar allí. [1]

A pesar de estas pruebas y de los testigos[2],[3], Leuchter, Rudolf y otros negadores del Holocausto afirman que los asesinatos masivos por exposición al cianuro de hidrógeno (HCN) que contiene el Zyklon-B no pudieron ocurrir en las cámaras de gas de Auschwitz-Birkenau.

Los negadores emplean dos líneas de argumentación en sus afirmaciones.

  1. Dicen que no hay trazas medibles de cianuro en las cámaras de gas.
  2. Dicen que los gaseamientos con Zyklon-B eran físicamente imposibles.
Ambas afirmaciones son falsas.

En apoyo de la primera afirmación, citan los informes de Rudolf y Leuchter que midieron cantidades mayores de cianuro en las manchas azules de las cámaras de despiojado que en las encontradas en las cámaras de gas empleadas para el exterminio.

Markiewicz, Gubala, y Labedz[4] hicieron mediciones por su cuenta. Encontraron trazas de cianuro en las cámaras de exterminio con niveles significativos comparados con los de otros edificios del complejo Auschwitz-Birkenau. Escribieron:

Este estudio demuestra que a pesar de que ha transcurrido un periodo de tiempo considerable (unos 45 años), en los muros de las instalaciones que en su día estuvieron en contacto con el cianuro de hidrógeno se han conservado cantidades vestigiales de los compuestos que forma este componente del Zyklon-B. Esto es cierto también para las ruinas de las antiguas cámaras de gas. Los compuestos de cianuro aparecen en los materiales de construcción sólo localmente, en los lugares donde se dieron condiciones para que se formaran y permanecieran durante tanto tiempo.
En sus tergiversaciones de este informe, los negadores del Holocausto citarán con frecuencia la siguiente frase:
En lo que respecta a las ruinas, se demostró la presencia de cianuro en la Cámara del Crematorio II de Birkenau,
evitando mencionar que esta frase se refiere sólamente a un estudio preliminar realizado en 1990. Después de conocer el Informe Leuchter, los autores llevaron a cabo un estudio más detallado. Los resultados se muestran en varias tablas, y echan por tierra las afirmaciones de Leuchter y Rudolf.

Los negadores señalan que Leuchter y Rudolf midieron concentraciones muy superiores de compuestos de cianuro en las manchas azules de las cámaras de despiojado. Que los negadores midan más compuestos de cianuro en muestras de las  manchas azules no es sorprendente, asumiendo que estas manchas están formadas por compuestos de azul de hierro como el "azul de Prusia", como afirman Leuchter y Rudolf. Markiewicz et. al. tuvieron el cuidado de separar estos compuestos de azul de hierro en su comparación de los niveles de cianuro. La razón, muy simple, es que el origen de las manchas azules no está aún del todo claro, y no hay razones para asumir que la formación de dichos compuestos tenga lugar siempre que los materiales de construcción se ven expuestos al HCN.

Para hacer creíble que era imposible cometer el exterminio masivo utilizando Zyklon-B, los negadores se apoyan en unas pocas tácticas. Señalan correctamente que el cianuro de hidrógeno es líquido a temperatura ambiente. Olvidan mencionar que la presión de vapor en equilibrio de este líquido a temperaturas incluso bajo cero es varios órdenes de magnitud mayor que su concentración letal. 300 ppm de HCN son rápidamente mortales. La siguiente tabla [5] muestra la presión de vapor en equilibrio del HCN en función de la temperatura:
 
 
Tabla I
Temperatura
de Equilibrio
Presión de Vapor del HCN
° C mm Hg
(760 mm Hg = 1 atm)
ppm
(partes por millón por volumen)
-20 100 132
0 260 342
10 410 540

Cuando se revela esta treta, los negadores dicen que el HCN no se evapora lo suficientemente rápido del Zyklon-B como para alcanzar una presión letal en un tiempo razonable. G. Peters ha demostrado que no es así, incluso en temperaturas bajas.[6]

Alternativamente, los negadores dicen que el HCN es demasiado peligroso y que los hombres de las SS no disponían de equipos suficientemente sofisticados como para manejarlo con seguridad, o que habría llevado demasiado tiempo ventilar la cámara. Aunque había un verdadero riesgo para los operarios de la cámara si no eran cuidadosos, hay que señalar varios puntos. Los Sonderkommandos que actuaban como operarios eran prisioneros, y el nivel de seguridad con el que las SS tenía que trabajar no es equivalente de ninguna manera con los niveles estándar actuales en Estados Unidos; las cámaras subterráneas contaban con sistemas de ventilación; y a veces se proporcionaba máscaras antigás a los Sonderkommandos.  Pressac[7]describe un gaseamiento que tuvo lugar el 13 de marzo de 1943:

Esa misma noche,1.492 mujeres, niños y ancianos seleccionados de un convoy de 2.000 judíos del gueto de Cracovia fueron asesinados en el nuevo crematorio.133 Se vertieron seis kilos de Zyklon-B en las bocas de las cuatro columnas de rejilla situadas entre los pilares que sujetaban el techo.133 En cinco minutos todas las víctimas estaban muertas. Se pusieron en marcha el sistema de aireado (8.000 m3 por hora) y el de extracción (con la misma potencia), y después de entre 15 y 20 minutos, la atmósfera, que había sido renovada casi completamente cada tres o cuatro minutos, era ya lo suficientemente pura como para que los miembros del Sonderkommando entraran en la agobiante y caliente cámara de gas. Durante este primer gaseamiento [en la cámara nueva del Krema II], los Sonderkommandos llevaron máscaras antigás por precaución. Se sacaron los cadáveres y se llevaron al montacargas. Se les cortó el cabello, se les sacaron los dientes de oro y se les quitaron las alianzas y las joyas que llevaban.
Quizás la única cuestión que queda por responder es si los negadores que conocen las pruebas que hay contra sus teorías se creen de verdad lo que dicen o si son perfectamente conscientes de los fallos de sus teorías.


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